Algunos de los personajes más inteligentes e innovadores de la historia tenían una cosa en común: eran insaciablemente curiosos.  Thomas Edison, Albert Einstein y Leonardo da Vinci, solo por nombrar algunos, eran personas infinitamente curiosas que siempre vivieron alimentando su deseo de saber más.

De niños, todos somos naturalmente curiosos y exploramos el mundo intensamente y con alegría, pero en algún momento del camino, algo pasa y muchos de nosotros perdemos nuestra capacidad de fascinación y asombro, y comenzamos a aceptar las cosas tal como son, tratamos de seguir un plan sin salirnos de los límites.

La curiosidad no solo se trata de inteligencia y no solo conduce a nuevos descubrimientos, sino que nutrir esa curiosidad también puede abrirnos a nuevas experiencias de vida.

Como les compartí en mi video sobre mis “10 Mandamientos”, creo es importante cultivar nuestro aprendizaje en profundidad y en amplitud, es decir, saber mucho sobre pocas cosas y poco sobre muchas cosas, de manera que aprovechamos nuestros talentos pero también nos convertimos en conocedores de la vida.

Aquí te comparto algunas razones por las que ser curioso puede darte grandes cosas:

  1. Más conocimiento y una mente en forma: Estar genuinamente interesado en descubrir cosas significa que te negarás a conformarte con cómo parecen las cosas a simple vista. Cuando sientes curiosidad, estás continuamente haciendo preguntas, mantienes tu mentes siempre activa y dado que la mente es un músculo, puede fortalecerse con el ejercicio continuo.
  2. Mayor productividad: Cuanto mejor comprendas los detalles, más información tendrás sobre la situación, más preparado estarás para manejarla con éxito y de manera productiva. Según un estudio, la curiosidad también aumenta la dopamina en el sistema, lo que ayuda con la concentración, la productividad y la motivación.
  3. Crecimiento personal: Ser curioso también te hará un mejor oyente. Podrás iniciar conversaciones con la mente abierta, sin prejuicios, sabiendo que siempre hay algo nuevo que aprender.
  4. Una perspectiva más positiva: Las investigaciones han demostrado que las personas con mentes curiosas son más felices, más tranquilas, tienen niveles más bajos de ansiedad y tienden a estar más satisfechos con la vida.
  5. Inteligencia y aprendizaje: Se ha demostrado que las personas intelectualmente curiosas tienden a captar más rápido y retener mejor las ideas. La curiosidad ayuda a “preparar” el cerebro para aprender.
  6. Más oportunidades: Tener curiosidad puede ayudarnos a ver nuevos mundos de posibilidades, más allá de nuestra vida cotidiana. Oportunidades no solo de aprender o saber más, sino también de conocer a más personas, entenderlas mejor, de manera que también ayuda a fortalecer nuestras relaciones.
  7. Hacer a un lado los estereotipos: la curiosidad también debe tener el poder de aplastar los estereotipos. Cuando nos encontramos en medio de una negociación, es muy difícil llegar a una resolución sin tener curiosidad, estaremos siempre a la defensiva y sin disposición a escuchar el punto de vista de la otra persona. Pero si abordamos un desacuerdo desde la verdadera curiosidad, las defensas se desarman y las conversaciones productivas se abren paso.

Como puedes ver, tener curiosidad puede ser algo grandioso. Si tienes una mente curiosa, abrázala, estimúlala y ve a dónde podría llevarte.  Cuéntame tú cómo mantienes viva tu curiosidad?