En el mundo de hoy, los cambios organizacionales están tomando un nuevo significado y son cada vez más frecuentes. Es cada vez más común vivir o ser testigo de reorganizaciones, reducciones, procesos de adquisición, transformaciones culturales, cambios de identidad corporativa, cierres, etc. Pero sin necesidad de hablar de cambios de ésta dimensión, los cambios realmente ocurren todos los días en las organizaciones. En particular, un proceso de cambio puede ser impuesto desde el nivel más alto de la organización o ser impulsado desde la base, puede ser centralizado o participativo, puede ser superficial o estructural, depende de la “fisiología” de la organización pero también de la naturaleza del cambio mismo.
Los cambios organizacionales son en sí mismos generadores de resistencia y conflicto. En la práctica, cada cambio crea, en mayor o menor extensión, ondas de cambio causando una interrupción en las dinámicas estructurales de la organización. Cada cambio causa una reacción en forma de cascada, generando nuevas reacciones. De tal manera que, un cambio debe ser concebido no como “un cambio” sino como una cadena de eventos de cambio futuros que requerirán mecanismos para manejar los retos que derivan (Ashkenas, 2013; By, Burnes, & Oswick, 2012; Hechanova & Cementina-Olpoc, 2013; Kuipers, Higgs, Kickert, Tummers, Grandia, & Voet 2014; Raineri, 2011; Steigenberger, 2015; Stensaker & Langley, 2010; Suddaby & Foster, 2017; Vora, 2013; Worley & Mohrman, 2014).
Los cambios que una organización confronta pueden ser sistemáticamente planeados o pueden surgir repentina e impredeciblemente. Desde una perspectiva organizacional, es claro que un proceso de cambio es siempre variado y multifacético y siempre toca otros subsistemas organizacionales. En éste contexto, los procesos de manejo del cambio buscan diseñar, implementar, controlar, evaluar, asimilar y acompañar los cambios. De ahí la importancia como organizaciones, de empoderar a nuestra gente para manejar los cambios. El manejo del cambio lleva implícito un componente racional, del que hemos estado hablando, pero también uno emocional, que se esconde y puede ser en ocasiones desapercibido o subestimado. Los cambios impactan principalmente a las personas, y es solo a través de las personas que podemos acelerar o no un proceso, darle dirección, forma y profundidad, así como minimizar los riesgos y controlar los impactos.
En Choices Consulting planeamos, intervenimos y acompañamos los procesos de cambio organizacional desde una perspectiva sistémica y ontológica, abordando el cambio desde un enfoque estructural, pero también humano, entendiendo que el cambio en sí tiene un flujo y un ritmo que necesitan ser orquestados desde distintas capas de la organización.
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