Los cambios a los que se enfrentan las empresas provienen en gran medida de la tecnología. Ante éste escenario, está claro que líderes y expertos se enfocan en controlar riesgos, buscar eficiencias, optimizar procesos, en fin, mejorar los indicadores duros del negocio, sin embargo, con frecuencia, se subestima la crítica interrelación entre el factor tecnológico y otros elementos del sistema, tales como la estructura, cultura y gente, no logrando así, gestionar ni controlar las alteraciones que éstos otros factores sufren, y más allá, su impacto en el éxito o fracaso del cambio.
El fracaso de los cambios de esta naturaleza, en muchas ocasiones, no se debe a la bondad de la solución tecnológica sino a una deficiente o pobre gestión del cambio organizacional que suponen.
Es aquí donde contar con un Modelo de Gestión del Cambio integral se vuelve fundamental. Para que un cambio tecnológico sea exitoso, en la mayoría de los casos se requiere revisar y rediseñar la estructura organizativa para optimizar la distribución del trabajo y de la autoridad, informar y educar a las personas, así como asegurar que el talento existente sea el correcto, moldear la cultura de la organización a través de los líderes formales y de influencia que modelen la adopción del cambio e inspiren a los equipos de trabajo, y permear el resto de la organización como un sistema poroso que envuelve principios, pautas de comportamiento, filosofías de trabajo, sistemas de desempeño y reconocimiento, entre otros factores. En este rompecabezas, el liderazgo, los equipos, la comunicación y la cultura son piezas clave.
En un proceso de cambio, los líderes juegan un papel crucial, hablamos de líderes por jerarquía o autoridad y líderes por influencia, deben ser innovadores y crear un ambiente que estimule la innovación y la mejora continua, aprovechando las oportunidades, promoviendo las contribuciones individuales, incentivando a los equipos a ser creativos y a buscar nuevas formas de afrontar el futuro. Contar con una estrategia de comunicación detrás del cambio es clave, cuando ésta falla o es nula, el liderazgo difícilmente funciona.
Finalmente, parte del éxito de un proceso de cambio, radica en la manera como éste se gestiona a través de un apropiado establecimiento de objetivos y parámetros de control de progreso, así como una plataforma 360° de transferencia de conocimiento y un sistema de recompensas, que permitan evaluar la evolución del cambio contra el tiempo, y reforzar el proceso de internalización del cambio a largo plazo.
Si en tu organización estás viviendo un cambio o planeas implementar un cambio importante y necesitas ayuda, envíame un mensaje, nos tomamos un café virtual e intercambiamos ideas.
Carolina Garcia Echegaray
Carolina.garcia@choicesconsulting.mx