No necesitas ver toda la escalera, solo da el primer paso

La gran pregunta aquí es, ¿Lo importante es estar listo o lo importante es empezar?

Desde mi personal punto de vista, nunca terminamos de estar listos, bien sea por nuestra necesidad de perfeccionismo, por la falsa sensación de control o incluso miedo. El problema es que cuanto más tiempo nos demoramos en comenzar, más miedo se va acumulando alrededor de la tarea o la responsabilidad en sí, entonces cada vez se hace más difícil arrancar.

El riesgo que corremos al postergar el inicio de algo, es caer en la procrastinación, de la cual, ya hemos hablado. Procrastinar es una forma de evadir nuestra responsabilidad. Significa tener el hábito de posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes.

Una mezcla de incertidumbre, miedo al fracaso, miedo al éxito, miedo a salir de la zona de confort y otras razones, nos lleva a posponer tareas, proyectos y responsabilidades.

Piensa en la última cosa que hiciste, y que te asustaba antes de hacerla. Piensa en cómo te sentías antes de empezar… Esa sensación de malestar en el estómago, el corazón acelerado, la sensación de agobio y nerviosismo.  Ahora piensa en cómo te sentiste después de haber arrancado, la sensación de alivio, la adrenalina e incluso el puro goce de vivir el momento.

Mi personal recomendación es “No esperas a estar list@, simplemente empieza!”

Durante la ejecución vas obteniendo más claridad. Cuando estamos en la fase de planeación, evaluando las variables, hay mucho que no sabemos, mucho que está en el aire. Al empezar, al iniciar acciones, vamos obteniendo resultados (buenos o malos, lo importante es que son resultados y nos dan guía de cómo vamos), y gracias a esos resultados obtenemos información y vamos haciendo ajustes sobre la marcha.

Claro que es importante planear, tener una meta clara, una estrategia, anticiparnos a ciertos riesgos, pero no caigas en la falsa percepción de creer que lo tienes todo en la mano antes de empezar, la realidad es que todo ese conocimiento teórico es insuficiente si no contamos con resultados concretos, para evaluar el rumbo de nuestras acciones.

Así que mi última recomendación en esta reflexión es: No buques perfección, busca progreso.