Algunas adicciones son obvias, como la comida, las drogas y el alcohol. Algunas otras adicciones son más sutiles, y la adicción a las distracciones es una de ellas. ¿Has notado con detalle cuánto tiempo de tu día dedicas a ser realmente productivo y cuánto tiempo te dejas llevar por las distracciones? Y cuando digo productivo no me refiero solo al ámbito profesional, también hablo de tu vida familiar, tu amor propio, tu balance emocional, tu desarrollo, tu espiritualidad, tu círculo social, en fin, todo lo verdaderamente importante en tu vida. Es común que al hacer ese análisis notes que dedicas mucho más tiempo a las distracciones que sabotean el enfoque en tu crecimiento. Las redes sociales, la TV, videojuegos, el teléfono, son algunos ejemplos de esas distracciones. Eso sucede porque somos adictos a la distracción, y esto, en ocasiones puede llevarnos a destruir nuestra vida. Nunca he conocido a alguien que se levante y diga, hoy es el día en el que voy a destruir mi vida. Sin embargo, actuamos como si la estuviéramos destruyendo, de hecho, en realidad, lo estamos haciendo. ¿Cómo? Con esas minúsculas decisiones negativas que tomamos a diario, durante todo el día, y lo peor es que no nos damos cuenta de ello. Hoy más que nunca es tan fácil malgastar las mejores horas de tu día cayendo en distracciones burdas. En un día, o bien puedes acabar distraído, o bien puedes vivir épicamente, pero no puedes hacer las dos a la vez, eso es seguro. Las personas que marcan esa diferencia, cambian lo que importa y viven más plenos, esas personas están obsesivamente centradas en el trabajo que realmente importa. De esa forma no diluyen la banda de datos de su atención y enfoque, su energía y potencial. Nunca crearás una vida plena o una carrera profesional próspera si no reduces drásticamente el número de esas tan pequeñas pero mortíferas decisiones negativas que tomas a diario. Empieza el proceso de romper tu ciclo de adicción a las distracciones. Ahora. |
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