Empecemos por definir el silencio. Podríamos decir que hay dos tipos de definiciones para el silencio, el silencio exterior o externo; es la ausencia total del sonido. El silencio y el sonido son igual de importantes y dependen el uno del otro, sin sonido no existiría el silencio y viceversa.
Por otro lado, está el silencio interior o interno que se refiere a calmar nuestra mente, para así permitirnos escuchar hacia adentro, nos da espacio para pensar, conectar con las emociones y encontrar paz.
Y también puede referirse a la abstención de hablar, en el ámbito de la comunicación humana. Callar, es en realidad una acción, no es un gesto pasivo, sino una demostración activa de su uso y al igual que las palabras no es neutral.
Subestimamos el silencio, como seres humanos estamos acostumbrados a hablar más y escuchar menos. Vivimos en un modelo de sociedad en el que es más común triunfar para una persona muy habladora que para una reservada, pero realmente no tiene por qué ser mejor virtud la comunicación hablada que la escucha. De hecho, saber escuchar es una de las principales habilidades de las personas que tienen un alto grado de inteligencia emocional, según Daniel Goleman.
Pero también asociamos el silencio con la quietud o la inacción, lo vemos como un hueco que hay que rellenar, incluso para muchos es incómodo el silencio. Pero, aunque nos pueda abrumar el silencio, tiene grandes beneficios y de eso vamos a hablar.
Desde mi punto de vista, el silencio es necesario en la vida. Muchas veces no somos capaces de cultivarlo por todos los estímulos externos que tenemos alrededor, cuando vives en un exceso de datos, la mente se satura y el silencio interior no puede existir. En otras ocasiones, el silencio se nos dificulta más bien por un exceso de ruido interior, bien sea de nuestros pensamientos y/o emociones.
Si te cuesta convivir con el silencio, lo primero que te sugeriría es que te preguntaras a ti mism@, ¿por qué?, ¿qué me pasa cuando estoy en silencio?, ¿con qué me conecta?, ¿a qué me recuerda?, ¿qué emociones y sensaciones experimento?. Y después de encontrar algunas respuestas, ve intentando lapsos cortos y progresivos de silencio durante tu día y observa qué pasa. La meditación y el mindfulness pueden ayudarte enormemente.
¿Porqué es tan importante aliarte con el silencio?
- El silencio tiene un gran impacto en la calidad de vida y en nuestro bienestar personal. Por un lado, ser capaz de controlar el ruido mental, nos permite, mejorar nuestra atención y concentración para enfocarnos en lo verdaderamente importante. Y por el otro, también nos ayuda a controlar el ruido emocional, hacernos conscientes de lo que sentimos y lo que necesitamos como seres humanos, permitiéndonos incrementar nuestra inteligencia emocional.
- El silencio nos permite además conectar con estados profundos de calma, paz interior e introspección, y por ende, con nuestra espiritualidad.
- Más allá del beneficio emocional y espiritual, la ciencia también ha comprobado que el silencio afecta positivamente el cerebro. Existen estudios que han demostrado que hay procesos cerebrales que solo se pueden llevar a cabo estando en silencio, como la regeneración de las neuronas.
- El silencio ayuda a estructurar y depurar la información. El cerebro nunca descansa, incluso cuando en un estado de calma o de sueño profundo. Sin embargo, cuando el cuerpo descansa el cerebro comienza a evaluar la información y las experiencias a las que hemos estado expuestos en el día. Luego organiza e integra la información relevante y desecha lo que no es importante. Este proceso es completamente inconsciente, pero produce efectos conscientes. Lo interesante es que la ausencia de estímulos auditivos (el silencio) tiene casi el mismo efecto en este caso, que el descanso.
- Y también tiene efectos muy positivos en el cuerpo, específicamente sobre los estados de angustia y estrés. De hecho, se ha demostrado que las personas expuestas a ruido intenso o constante mantienen un elevado nivel de estrés y tienen presión arterial más alta, y lo contrario.
Creo que son muy buenas razones, para decidir ser intencionales en construir más espacios de silencio en nuestra vida, y no solo eso, sino también en empezar a educar a nuestros hijos en el silencio como una herramienta para la vida.